Muchos críticos o pseudoentendidos también se creen con la disposición o con la posesión de la verdad del arte, decidiendo qué es arte y qué no lo es.
Están los que con el humor definen el arte como morirse de frío.
Y estos últimos, aparte de ser un chiste malo y viejo como el que más, también tienen razón.
Para mi el Arte (voy a escribirlo con mayúscula... en plan respeto) es el mayor signo de inteligencia y diferencia del ser humano con respecto a sus compañeros de piso. El Arte no es práctico. No ayuda a conseguir comida (el arte, en minúscula, si), no sirve para cultivar la tierra, y no nos protege del frío ni del calor.
La capacidad compleja de comunicación, dicen, es el principal rasgo de diferencia de la inteligencia humana. Así pues, el Arte, es la comunicación a la máxima potencia.
Esa es la gran diferencia, para mi, yo, no poseedor de la verdad, de lo que es Arte y de lo que no. La comunicación a la máxima potencia.
Cuando el que mira se queda helado... o siente calor. Cuando el que escucha o lee, se emociona... Algo se mueve por dentro. En ese momento, aquello que lo movió... es Arte. Sólo en ese momento... y sólo con ese receptor.
Así, no vuelvas a decir que no entiendes de Arte. Quizá no tengas cultura artística para recordar nombres y fechas como si de la historia de la humanidad se tratase. Y si no te sientes inferior por no ser historiador, no te sientas inferior por no recordar los números del Arte.
Si eres capaz de emocionarte, y como humano lo eres, aunque no lo hagas... entonces entiendes de Arte.
Es lo que tiene el Arte.
Y yo, y otros, con ese mover por dentro... alzamos al Arte a alguien que nos seguirá moviendo... aunque el haya dejado de hacerlo. Y lo haremos en el sitio de su recreo... desde nuestro sitio.
Gracias, Antonio.
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