Ahora uno no sale de compras, se va de Shopping. El fuera de temporada se convierte en outlet, y el hortera ahora está out.
Los espectáculos son shows, lo genial o de puta madre es cool, las invitaciones son flyers y las entradas son tickets.
Los adolescentes ahora son teens, las compañías baratas o bajo costo son low cost, y el personal, la plantilla es staff. Es más... ahora resulta que no estoy soltero, soy un single.
El horario ya es un planning, los fenómenos son cracks y fisgonear a través de la tele es ver un reality show.
Eso después de ducharse y darse un bodymilk (loción corporal) o afeitarse y echarse un aftershave (loción de afeitado).
Y además de miles de ejemplos más, no sólo sucede con el inglés.
Ya no se hacen mamadas, se hacen felatios; no se compran barras de pan, se compran baggetes (aunque sea un tipo de barra) y no se fisgonea (sí, he repetido), se es vuayeaur ; y la elegancia es glamour.
No se hacen audiciones, se hacen castings; no existen los corredores de bolsa, existen brokers; no existen existencias, si no stock; la publicidad en internet son banners; los pseudónimos son alias; el homosexual es gay, que si lo está, ya no estará en el armario, será un closet; las aficiones son hobbies; los aparcamientos son parkings; y los pantalones cortos, ahora, hay que joderse, son shorts.
Los lenguajes evolucionan. Lo sé. De hecho el español está acostumbrado a adaptar palabras.
Somos un país (en principio) muy sociable, hasta para el idioma. Incluso a veces, es lógico que, sobre todo con ciertos adelantos tecnológicos, no existan palabras en castellano para definir algo. Lo preocupante es que se usen estas, llamémosle, alternativas lingûísticas, por aparentar más cultura, más modernidad, más inteligencia, o más elegancia. O quizá para estar más in.
En algún caso, además, por que nos suena muy dura la palabra en español (quizá igual de dura o fuerte que le sonaría al nativo).
Y eso sin entrar en el argot de cada profesión, donde además, hay una intención de "que no se enteren los demás", y "que se pierda el becario" (aunque casi siempre es para "mira cuanto sé"), principalmente, cuando existen alternativas en castellano, o las adaptaciones españolas para los nuevos conceptos.
En una oficina, se usa el notebook (portátil), se abre el mail (correo), se hacen backups (copias de seguridad), se usa un mouse y un keyboard (ratón y teclado) y se abre el browser (navegador), eso sí, para meterse en, y cito fonéticamente por quienes gustan de estos anglicismos, en "gogle".
Los espectáculos son shows, lo genial o de puta madre es cool, las invitaciones son flyers y las entradas son tickets.
Los adolescentes ahora son teens, las compañías baratas o bajo costo son low cost, y el personal, la plantilla es staff. Es más... ahora resulta que no estoy soltero, soy un single.
El horario ya es un planning, los fenómenos son cracks y fisgonear a través de la tele es ver un reality show.
Eso después de ducharse y darse un bodymilk (loción corporal) o afeitarse y echarse un aftershave (loción de afeitado).
Y además de miles de ejemplos más, no sólo sucede con el inglés.
Ya no se hacen mamadas, se hacen felatios; no se compran barras de pan, se compran baggetes (aunque sea un tipo de barra) y no se fisgonea (sí, he repetido), se es vuayeaur ; y la elegancia es glamour.
No se hacen audiciones, se hacen castings; no existen los corredores de bolsa, existen brokers; no existen existencias, si no stock; la publicidad en internet son banners; los pseudónimos son alias; el homosexual es gay, que si lo está, ya no estará en el armario, será un closet; las aficiones son hobbies; los aparcamientos son parkings; y los pantalones cortos, ahora, hay que joderse, son shorts.
Los lenguajes evolucionan. Lo sé. De hecho el español está acostumbrado a adaptar palabras.
Somos un país (en principio) muy sociable, hasta para el idioma. Incluso a veces, es lógico que, sobre todo con ciertos adelantos tecnológicos, no existan palabras en castellano para definir algo. Lo preocupante es que se usen estas, llamémosle, alternativas lingûísticas, por aparentar más cultura, más modernidad, más inteligencia, o más elegancia. O quizá para estar más in.
En algún caso, además, por que nos suena muy dura la palabra en español (quizá igual de dura o fuerte que le sonaría al nativo).
Y eso sin entrar en el argot de cada profesión, donde además, hay una intención de "que no se enteren los demás", y "que se pierda el becario" (aunque casi siempre es para "mira cuanto sé"), principalmente, cuando existen alternativas en castellano, o las adaptaciones españolas para los nuevos conceptos.
En una oficina, se usa el notebook (portátil), se abre el mail (correo), se hacen backups (copias de seguridad), se usa un mouse y un keyboard (ratón y teclado) y se abre el browser (navegador), eso sí, para meterse en, y cito fonéticamente por quienes gustan de estos anglicismos, en "gogle".
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